jueves, 17 de febrero de 2011

Mi vista al Mercado Santa Ana

El mercado que decidimos visitar es el Mercado Santa Ana, el cual se encuentra ubicado en la 28 calle, entre 31 y 33 avenida zona 5, Colonia Santa Ana, Guatemala Ciudad, Guatemala.
 
 
El mercado Santa Ana, es un mercado bastante pequeño, tiene aproximadamente 3 cuadras de largo y una cuadra de ancho.  


Antes de hacer la visita había que prepararnos, para esto tomamos en cuenta los riegos que todos los guatemaltecos enfrentamos cuando vamos al mercado: el primero, es ser víctimas de los incontables asaltos que suceden en nuestra ciudad; para evitar esto había que ir lo menos llamativos posibles, no teníamos que llevar ni relojes, ni camisas a la moda o cualquier accesorio.

Eso sí, teníamos que llevar nuestro celular para poder tomar las fotos, y por supuesto llevar dinero en efectivo (por lo menos unos Q 50.00) por aquello que efectivamente nos asalten y si no llevamos nada, podemos sufrir represalias. El segundo riesgo es resultado de la psicosis que se vive, este es el llegar a ser confundidos con criminales, ya sean asaltantes o incluso secuestradores de niños (no sería la primera vez que sucede).

Una vez preparados física y psicológicamente para la tarea, decidimos que el día que iríamos sería el sábado por la tarde, esto de manera que los vendedores no se encontraran tan ocupados atendiendo a los clientes, que no tendrían tiempo (o ganas) de atendernos. Llegado el 12 a las 14, nos dirigimos al lugar con mi grupo de compañeros de la universidad (Melissa, Idania, Nina y Luis).  

En el mercado pudimos encontrar todo tipo de ventas, desde frutas y verduras, ropa, y por supuesto no podrían faltar los puestos de discos piratas.


Ya en el mercado empezamos a ver a quienes podríamos entrevistar. Para romper el hielo fue bueno que fuera alguien que ya había ido al mercado y conocía a algunos vendedores, ya que así nos podía presentar y no desconfiaban tanto de nosotros. Esta metodología la repetimos con los conocidos y adicional les solicitamos que nos presentaran a otros amigos vendedores.

Una vez platicamos con ellos pudimos conocer más de sus hábitos. La mayoría nacieron en el interior de la república, pero desde pequeños se vinieron a vivir a la capital. También nos enteramos que los puestos son familiares, por lo que lo atienden desde la cabeza de la familia hasta los niños pequeños.
 

Para abastecer sus puestos, ellos compran sus productos mayormente en el mercado La Terminal. Algunos utilizan sus propios pick ups, pero otros utilizan un camión que comparten con varios vendedores. Cuando llegan a ese lugar los tratos que hacen son en el momento. Hacen el pago en efectivo, y la cantidad de producto que compran depende del dinero que lleven, la demanda de algún producto en especial, y el espacio que tengan disponible en el transporte.
Llegan a su puesto desde las 6am y se van a las 4pm, aunque este horario dependerá del día y la venta que lleven. Por supuesto que les gustaría tener un puesto en un mercado más grande como la Terminal o el Cenma, ya que tienen mayor flujo de personas, y por lo tanto mayores ventas. Cuando comparan su mercado con éstos,


El mercado cuenta con una junta directiva dirigida por Don Benancio. Esta junta directiva tiene como funciones la celebración de aniversarios, gestión de ayuda para mejoras del mercado, delegación de locales a nuevos vendedores, mejoras al ornato del mercado, etc. Además, a nivel general existe la Asociación de Inquilinos de Mercados Municipales ASIMEM que vela por el bienestar de los empresarios que conforman cada uno de los mercados, un promedio de 72 mercados asociados organizados por comités, con más de 14,000 puestos de venta.
Los vendedores no creen en el pago de los impuestos, por lo tanto no pagan ninguno, únicamente pagan la cuota a la municipalidad por el uso de los locales, ya que de lo contrario les quitan el puesto. Este pago se hace en las oficinas centrales de la municipalidad y el cobro dependerá del tipo de puesto que sea. Este pago se hace mensual o trimestral.

Al igual que el resto de guatemaltecos, los vendedores también han observado que los precios han ido en aumento, aunque en mayor medida los adultos son los que se han dado cuenta de esto. Con respecto a la criminalidad están preocupados por esta, pero tienen cierto sentido de seguridad en el mercado. Afirman que existe presencia constante de la Policía Nacional Civil, específicamente de la POLIMERC (que es la unidad de Policía de Mercados), lo cual pudimos confirmar durante nuestra visita. Eso sí, cuando se le preguntó con respecto a que hacían cuando capturaban a algún ladrón, oficialmente dicen que lo entregan a la policía, pero juzgando por las expresiones y niveles de duda que presentaban, me hace pensar que antes de entregarlos a la policía hacen algún tipo de escarmiento al ladrón.

Pero a pesar de los pesares, la experiencia en general yo la calificaría como positiva.

Pudimos conocer más de las personas que trabajan en los mercados, saber quiénes son, de dónde vienen, cuáles son sus puntos de vistas, y poder entonces dejar de verlos como alguien más. Pudimos pasar un buen rato y lo mejor de todo, hasta terminé aprovechando el viaje para comprar una cuantas frutas!!! 

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